Homenaje a la lucha contra el cáncer de mama

Lunes, 6/9/2021 – Cuarta etapa: Carrión de los Condes – San Martín del Camino

Distancia: 116,09 kms – Tiempo: 5:58:38

Si este reto ya me parece importante, no se imaginan lo que significa el día de hoy para mí y mis compañeros.

Hoy le añadimos un extra de cariño a esta etapa.

Rendimos homenaje a la lucha contra el cáncer de mama y a la asociación Carrera por la Vida, de Tenerife, que está totalmente implicada en esta causa.

Como ya comenté en la entrevista a la Televisión Canaria, esta cuarta etapa estará dedicada, sobre todo, a esas mujeres que siguen luchando contra esta cruel enfermedad pero que, aún así, siguen adelante y viviendo con una sonrisa.

Para esta ocasión hemos elegido el color rosa para nuestros maillots.

¡Por vosotras!

Partimos con la “lucha contra el cáncer de mama” hacia Santiago

Partimos de la ciudad de Carrión de los Condes con el buen sabor de boca, no sólo de los productos de la tierra que ayer nos obsequiaron, el alcalde y la concejala, sino por las palabras que nos dedicaron a nuestra llegada.

Esta ciudad de Palencia por donde pasa el río, con su mismo nombre, Carrión y donde nos pudimos permitir un tiempo de relax, tanto dentro de sus aguas como en las zonas verdes que lo rodean.

Mientras circulábamos por nuevos terrenos, pensamos en parar en 2 de los pueblos del camino (Burgo Ranero y Mansilla de las Mulas), para encontrarnos con nuestra pareja de apoyo y hacer un descanso.

Eran poco más de las 13:00h y ya habíamos recorrido unos 80 kms. En vista de que íbamos tan ligeros, por lo llano del terreno, decidimos seguir circulando hasta finalizar.

Según nos contó la asistencia, el recorrido de la autopista también era muy recto y monótono.

Finalizado nuestro homenaje de “lucha contra el cáncer de mama”

Sobre las 16:00h, pisamos nuestra meta en San Martín del Camino con 115 kms cumplidos, la más larga de todas, por eso queríamos dedicarlo a la lucha contra el cáncer de mama.

Esta pequeña población, en pleno Camino Francés, pertenece a León y suele ser el final de muchos peregrinos, como lo fue para nosotros.

Allí, nos informaron que la mayoría de los habitantes se dedicaban a la labranza del maíz y la remolacha.

No sólo encontramos un restaurante a pie de camino con muy buen menú, sino que a punto de cerrar, esperaron por nosotros y nos prepararon de comer.

Pequeños gestos que son de agradecer.

Las personas de este pueblo, con las que mantuvimos contacto, nos dieron varias muestras de hospitalidad: nos cargaron la batería del portátil, nos indicaron calles donde aparcar la autocaravana, incluso cedían un terreno de propiedad privada para dormir esa noche.

Los peregrinos no podemos estar más contentos de encontrar habitantes, tan cordiales, de estos pueblos a nuestro paso.

Si aceptas los cambios, obtendrás otros resultados

Finalmente y por propia indicación de una vecina, nos trasladamos a la siguiente localidad, donde había una zona preparada para autocaravanas y un casco histórico por donde pasear.

Llegamos a Hospital de Órbigo, una localidad con un puente romano bajo el que pasa el río Órbigo, aunque esta vez sus aguas eran escasas.

Esta vez sí que encontramos un camping super chulo, con arboleda y diferentes servicios, entre ellos una ducha donde podíamos abrir los brazos, no chocarnos contra la mampara y disfrutar de la cantidad de agua.

¡Todo un lujo!

El cambio nos sentó bien en general, ya que tuvimos tiempo para pasear y ver los diferentes edificios y casas de construcción antigua, tomar café en una terraza y hablar de las anécdotas del camino.

Entre ellas, recordamos a una chica que iba en una bici, cargada de mochilas, desde Bruselas. Por su pedaleo bien ligero y por su calzado en sandalias creímos que era una bici eléctrica, pero luego pudimos comprobar que no era así.

Incluso allí, en Hospital de Órbigo, hubo guasa con extranjeros, sin ni siquiera hablarnos, le pedimos a uno de ellos que nos hiciera una foto con nuestro móvil y lo que hizo fue hacerse un selfie a sí mismo y, muy serio, nos lo devolvió.

Su grupo y el nuestro reaccionó en el mismo idioma en que nos entendemos todos: la risa.

Con lo que me quedo de hoy es que, aunque la ruta haya sido un poquito larga, ha sido llevadera. Con muchos kilómetros de rectas, pero el calor nos ha respetado.

Y, aunque mi mano ya empieza a doler y empiezo a estar incómodo en la bici, hoy lo hemos hecho de un tirón y ya son 400 y pico kms que tenemos en nuestras piernas.

Por tanto, nos vamos a dormir satisfechos de haber cumplido con lo propuesto en el día de hoy y que, nuestro pedaleo, haya servido para dar fuerza a esas mujeres, tan luchadoras, para que no se rindan y sigan adelante.

¡A disfrutar de la vida que es bonita, merece la pena vivirla, hacer lo que te gusta y disfrutar del momento!

Homenaje contra el cáncer de mama y la asociación Carrera por la Vida

Comparte esta entrada del blog:

Share on whatsapp
WhatsApp
Share on facebook
Facebook

Más para explorar

Deja un comentario